Diario

QUÉ HE APRENDIDO AL LLEGAR A MIS 41

Hace una semana fue mi cumpleaños y quiero contarte un secreto, este post lo escribí el año pasado, cuando cumplí cuarenta, pero le ponía fecha de publicación y nunca lo publicaba, no sé porque, pero me invadía la duda de si resultaría relevante para alguien compartir las lecciones que me ha enseñado la vida, hasta ahora que cumplí mis cuarenta y uno. Y si he de ser más sincera aún, reconozco que hablar de mi edad, a mi me resulta un poco intimidante…¡Ya sé, ya sé! La edad no es más que un número, porque si a esto es a lo que la sociedad le ha puesto tanto peso y a lo que, sobre todo en décadas anteriores, se llamaba “viejo” o “vieja”, déjame decirte que en realidad no se siente así, pero a veces desaprender y deshacerse de tabúes puede ser un trabajo más arduo del que se piensa.

Creo que todo se debe a la construcción errónea que me hice desde pequeña, cuando mi percepción de una persona “vieja” era de alguien a partir de los cuarenta, pensamiento impuesto por una sociedad que nos hace creer que se deben tener límites según los años cumplidos y que propaga sus creencias en el pensar de los demás, por eso repito, llegar a esta edad no se siente para nada así. No se es viejo a los cuarenta y no lo digo para auto reconfortarme, es como me siento en este preciso instante. Obviamente, y creo que esto variará de persona a persona, no se siente como tener veinticinco o veinte y si, puede haber un aumento de los achaques (y lo digo yo, una persona que no suele ejercitarse y que no tiene la mejor alimentación), pero lo cierto es que la edad es eso, un número y romper con las limitaciones mentales para lograr las cosas que queremos lograr, a pesar de lo que nos digan, empieza con un trabajo personal, en el que tomas tus propias decisiones y te responsabilizarme por ellas.

Yo empiezo en este mismo instante, al hablar libremente de mis años, porque si hay algo que no se compara a tener veinte o treinta es la experiencia adquirida, aprendizajes que te deja el tiempo vivido y que estoy consciente que serán más o quizás otros cuando, si Dios lo permite, cumpla 60.

¿Qué he aprendido al llegar a los cuarenta y uno? Pues te cuento:

A ACEPTARME COMO SOY Y NO COMO QUIERAN LOS DEMÁS:

Liberarse del tratar de encajar es muy reconfortante, antes me culpaba porque sentía que quizás no era todo lo que los demás esperaban de mi y con los años aprendí que yo soy yo, soy como soy y que mientras no haga daño a nadie, debo aceptarme, trabajar en mis defectos si es necesario, pero tratar de hacer feliz al mundo, solo para que esté conforme, ya no es lo mío.

NO USAR MAQUILLAJE Y TACONES ESTÁ BIEN:

Ser dominicano, o mas bien latino, supone que se entienda que las mujeres tienen ciertas exigencias sociales, solo por serlo, la mujer debe siempre andar maquillada y en tacones, es lo que se impuso a mi generación y aunque si, me gusta hacerlo de vez en cuando y dependiendo de la ocasión, siempre me voy a inclinar por no llevarlos y aún así celebro y halago a quien le gusta. Cuando hice las pases con eso y ya no escuchaba lo que los demás decían al respecto, saqué una piedra de mi mochila.

HAY QUE CREAR MÁS MOMENTOS DE ALEGRÍA

Te lo contaba el otro día en este post. Parte de estar vivo supone vivir momentos duros, desilusiones, corazones rotos, tristezas, angustias, dolor, pero también supone vivir alegrías y felicidad. Mi premisa de hace algunos años es que debemos crear más momentos felices, más momentos de alegría, amar más, abrazar más, los momentos duros llegan solos.

TODO PASA, LO BUENO Y LO MALO

Cuando estás pasando un momento difícil, puedes llegar a sentir como que nunca saldrás de el, pero cuando al pasar el tiempo logras verlos como algo lejano, es cuando entiendes que todo pasa. Los años me enseñaron que las situaciones no son eternas, ni las buenas, ni las malas, lo que me ayudó a sobrepasar los procesos y los retos de la vida con más calma y a aceptarlos con un poco más de entendimiento, así como a disfrutar de los buenos sin apego.

LAS RELACIONES CAMBIAN Y ACABAN

Hay relaciones duraderas, de amistad, familiares, noviazgo, conyugales, laborales, pero no siempre es así y muchas veces nos quedamos en ellas más por lealtad que por el bien que nos hacen. Y aunque pongo esto como un aprendizaje de mis cuarenta y uno, nunca me he quedado donde no se sienta bien, es que las relaciones, no importa de qué tipo, deben nutrirte. Una relación en la que te sientas juzgado, humillado, ridiculizado o simplemente mal, no vale la pena y quedarte en ella evitará que te pierdas de las verdaderas.

HAY QUE NUTRIR A NUESTRO NIÑO INTERIOR:

Este es uno de mis aprendizajes más recientes e irónicamente me lo trajo el confinamiento. Al estar con mis hijos más tiempo en casa, he jugado más y he tenido más oportunidades de ponerme a su altura, trayendo de vuelta sensaciones que parecía tener olvidadas. Sin dejar de lado mis responsabilidades, me he permitido sacar a mi niña interior a pasear y no pretendo volver a dejar que se vuelva a esconder.

La noticia es que no tienes que tener hijos para hacerlo, recuerda lo que te gustaba hacer de niño o niña y hazlo, consiéntete, juega, haz algo creativo sin expectativas en el resultado, verás lo bien que se siente.

SE PUEDE RECHAZAR EL PASADO

Estamos hechos de historias y nuestros aprendizajes nos moldean, pero también podemos desaprenderlos y aunque en el pasado podemos haber tenido situaciones que no deseamos repetir, puedes escribir una historia distinta para quienes dependen de ti.

MANTENERTE APRENDIENDO LE DA SABOR A LA VIDA

Aprender de cualquier cosa, hacer algo por primera vez, adquirir conocimientos es algo que me ha gustado desde siempre y saber que la edad no es un limite para hacerlo le da cierto sabor a la vida, te hace sentir que no envejeces hasta que dejas de hacer cosas, hasta que dejas de crear. Qué bueno que hayan demasiadas cosas por descubrir todos los días.

CUANDO SOMOS JÓVENES CREEMOS SABERLO TODO

Hablo por mi, a cierta edad daba algunas cosas por sentado, sentía que nunca me equivocaba, hasta que con los años al darle hacia atrás a varias situaciones, noté todas mis metidas de pata y la ingenuidad de algunos de mis argumentos y aunque los recibo como aprendizajes, ahora me río.

NO SIEMPRE TENDRÁS TU VIDA RESUELTA A ESTA EDAD

Empezar una nueva profesión, cambiar de trabajo, no tener pareja, por mencionar ejemplos, son cosas que pueden darse a cualquier edad y no porque tengas cuarenta significa que debas llegar a esta edad con todas las áreas de tu vida en perfecta armonía. Si pasa, pues bien, pero no es regla escrita en tinta indeleble. Se vale empezar algo nuevo, se vale salir de esa relación toxica y se vale cambiar de rumbo si así lo quieres.

Y sí, no nos estamos haciendo más jóvenes y no siempre hay tiempo que perder, pero yo creo que de trabajar en ser felices es de que se trata todo esto.

Bienvenida doy a mis cuarenta y uno, los recibo con el corazón agradecido y lleno, tengo a los que amo y me aman y son muchas más mis bendiciones que piedras en el camino. Seguimos, con Dios a mi lado.

Sheila ❤️

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