Bienestar, Diario

CÓMO HACER EL TIEMPO EN CASA MÁS LLEVADERO

A muchos días de una cuarentena que tuvimos que asumir casi de repente y por la que nuestros mundos cambiaron radicalmente, han sido mucha las emociones que he vivido aquí dentro, y como toda situación desconocida para una persona, han sido varias las etapas y distintas las formas en las que he llevado este proceso. La primera semana, la segunda y hasta ahora la décima no se parecen en nada una a la otra.

El estado de ánimo ha sido como una montaña rusa, al principio me sentía sorprendentemente bien, sin nervios ni miedo, pero al pasar las siguientes semanas, cuando la situación se tornó más real, al conocer la dura realidad de muchos y al saber que dentro de los casos positivos al virus había gente conocida, la cosa cambió. Luego, al ir aceptando la situación y al ocuparme, más que preocuparme, volví a sentirme mejor. Pero no es estático, las emociones, creo que todas las que hay, las he sentido y estas van y vienen, no solo por la situación allá afuera, sino porque llevamos más carga en los hombros, al tener que asumir más roles de los que ya teníamos, todo junto y al mismo tiempo. 

Ya a estas alturas he hecho bastante autoanálisis y he podido identificar qué cosas detonan mi estrés y al mismo tiempo, qué es lo que eleva mi ánimo y me hace sentir mejor:

APAGUÉ LAS NOTICIAS

La incesante y casi obsesiva necesidad de mantenerme informada paró cuando noté que la exposición a las noticias estaba haciendo más mal que bien a todos en la casa, hasta los niños tenían el tema más presente de lo normal. Así que dejé de poner el televisor en las mañanas y busqué en qué ocuparme. Al hacerlo, también disminuyó considerablemente el tiempo que pasaba en las cuentas de noticias.

ESTABLECÍ UNA RUTINA

Lo cual se ha dado sobre la marcha. Cual experimento de laboratorio, encontrar la que mejor se adapte a nuestra realidad, ha sido a base de prueba y error, pero ya a la fecha puedo decir que tenemos una rutina creada y que fluimos mejor ante nuestras responsabilidades.

CLASES Y MÁS ACTIVIDADES CON LOS NIÑOS

Afinar las clases virtuales también tomó tiempo, tanto para nosotros, como para los maestros, así que logrado esto, también hice ajustes en el horario de las clases de los niños y ahora, luego de cubrir nuestras necesidades principales, como alimentación e higiene, empezamos las clases a las 9 de la mañana. Luis Manuel hasta las 12 y Lucía hasta que terminemos todo lo pautado para ese día.

Adicional a esto, busco algunas actividades divertidas que hacer con ellos en las tardes. Esto no siempre es posible, pues otras responsabilidades pueden ocuparme, pero cuando hacemos algo divertido juntos, se me olvida todo lo que sucede afuera.

MANTRAS Y MÚSICA RELAJANTE

Siempre he sabido la capacidad que tiene la música para afectar nuestro estado de ánimo y en un momento en el que las emociones de todos en la casa estaban desbordadas, casi por casualidad encontré un playlist con mantras. La pongo desde bien temprano en la mañana, incluso suena de fondo durante las horas de clase y he notado lo calmado que se torna el ambiente desde que hice un cambio en la música que escuchamos.

Otros de los playlists que suenan durante el día son de guitarra acústica y chillhop.

DESEMPOLVÉ LA AGENDA

Y empecé a planificar mejor mis días. A raíz de esto he llegado a más cosas, lo que me hizo entender que definitivamente no funciono sin agenda y que es una herramienta imprescindible para mi autodisciplina y para disminuir el estrés de no saber qué esperar del día.

TODOS NOS INVOLUCRAMOS EN LOS QUEHACERES DEL HOGAR

Para no perder la cordura con todas las responsabilidades, más los quehaceres del hogar, que sabemos que nunca acaban, todos en la casa nos hemos involucrado, haciéndonos cargo cada uno de tareas específicas.

Por ejemplo, Fiallo, mi esposo, se encarga de hacer el desayuno; Luis Manuel, mi hijo, friega los platos del desayuno, mientras yo me encargo de los pisos y de las clases de Lucía. Para tareas más profundas y para mantener la casa ordenada y limpia (lo más posible, según permitan los niños), nos llevamos del siguiente calendario.

CALENDARIO DE LIMPIEZA

Entre todas las informaciones útiles que se puede encontrar en las redes, hallé este calendario de limpieza propuesto por las chicas de Casa al Día, el cual me ha parecido una joya, pues se ha adaptado perfectamente a mi realidad. Es fácil de seguir, sobre todo por lo que te comentaba antes, cada quien tiene sus tareas asignadas. Para llevarlo mejor, escribí en papel cada tarea con el nombre del responsable y lo tengo pegado en la nevera.

RETOMÉ LA LECTURA

Con lo convulso que ha sido este año, tanto por la situación actual, como por la situación política que vivimos en febrero en nuestro país y por situaciones personales que viví en los primeros meses del año, abandoné mi propósito de leer más, pero ahora que estoy todo el día en casa, retomé y aunque tal vez no lea un libro al mes (quizás si, quizás no) los momentos que le dedico a la lectura me desconectan de lo demás y al mismo tiempo me alimentan el alma.

APROVECHO LAS PRIMERAS HORAS DEL DÍA

En las últimas semanas me he estado levantando a las 6 de la mañana y hasta las 7 y media me dedico a aprender algo nuevo. Lo hago poniéndome al día con varios cursos en línea que había comprado hace tiempo y no había terminado. También (y trato de que no siempre sea así) si no he preparado las clases del día de Lucía, lo hago en este momento. Pero antes que todo (y esto es algo que llevo solo días haciendo) escucho Despertando Podcast y la intención del día de Bevione. La tranquilidad que siento a estas horas mientras todos duermen, no las dejo pasar, aunque a veces el sueño en la mañana me quiera vencer.

Y al final, lo que mas hago es permitirme sentir, he vivido todas las etapas de este duelo y las he dejado ser. Cuando ya no se es preso de la negación, pues ahí se empieza a sentir una carga menos.  

En definitiva, tener control de mi día y hacerme cargo de mi bienestar mental, han hecho una gran diferencia en la forma de atravesar esta situación, lo que ha hecho de este confinamiento algo más llevadero.

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